Qué son los trastornos psicosomáticos

¿Sabes lo que son los trastornos psicosomáticos?
Son mucho más comunes de lo que te imaginas.

Típica situación: antes de entrar al colegio, “mamá, me duele la barriga”.

Los trastornos psicosomáticos suelen aparecer cuando el niño llega al extremo de su capacidad de aguante emocional. Para prevenirlos, es importante considerar ciertas acciones, además de estar atentos a los posibles síntomas de angustia o estrés.

Cuando no hay gestión emocional o es muy deficiente por parte de los adultos los niños suelen desarrollar síntomas psicosomáticos. Cuando un problema afecta a un niño, este se ve inmerso en un conjunto de emociones que surgen a raíz de dicho problema.

Pero ¿cómo un niño puede expresar lo que siente con palabras? Muchos niños no saben cómo poner palabras a lo que les pasa o no se sienten escuchados para hacerlo. Si esto ocurre, la problemática se queda en la mente del niño, haciendo que, más tarde o más temprano, el cuerpo responda por él.

Qué son los trastornos psicosomáticos

Qué son los trastornos psicosomáticos

Es difícil distinguir entre un trastorno de origen físico y uno que provenga de un malestar psicológico. Es necesario prestar atención, porque podemos estar enfocando la solución –de manera errónea– desde un punto de vista exclusivamente físico.

Los niños suelen somatizar a través de:
– Aparato digestivo: en forma de diarreas, vómitos o dolores de estómago.
– Aparato respiratorio: asma, o ataques en los que la respiración se realiza de forma entrecortada y rápida.
– Piel: psoriaris o eccemas que producen diferentes desórdenes en la piel.
– Dolores de cabeza, dolor abdominal o en otras partes del cuerpo.

Cualquier evento que el niño no es capaz de entender o asimilar puede llevarle a los síntomas anteriormente mencionados.

Hay que prestar especial atención a eventos como: la separación o divorcio de los padres, el nacimiento de hermanos, los cambios de colegio, el acoso escolar o los niveles muy altos de autoexigencia.

Valorar el tiempo que lleva el niño con dichas molestias es fundamental, así como conocer si pasó algún suceso importante que hubiera podido afectarle.

Y como padre … ¿qué puedes hacer?

No existen soluciones milagrosas ante esta problemática, pero sí ciertos consejos que pueden ser útiles:

– Educa en gestión emocional. Ayuda a tu hijo a conocer sus propias emociones y enseñarle cómo puede expresarlas. Pon nombre a lo que siente.

– Pregúntale por su día a día. Aunque como adulto te pueda parecer que algunos sucesos tienen poca importancia, para tu hijo pueden ser vitales. Preocuparte por lo que le haya pasado puede darte pistas sobre si algo le está atormentando.

– Busca el origen del malestar. Investiga desde cuándo siente el dolor, en qué situaciones le duele más o si hay algún momento en que no le duela. Puede tener periodos de descanso, que normalmente se dan cuando se siente lejos de la problemática que le afecta.

– Permítele que se exprese. Puede costarle en un principio, pero que tenga clara tu disponibilidad será de gran ayuda. No consiste en agobiarle con preguntas, sino más bien en ofrecerte para escucharle cuando lo necesite.

Si persiste, es necesaria la intervención de un profesional que os acompañe y os dote de estrategias para reducir los síntomas.

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