BLANCA TOLOSA RIPOLL

Me río, me río mucho y muchas veces al día. El sentido del humor me acompaña por muy seria que sea la tarea. Pongo pasión y humor a partes iguales en todo lo que hago. Me gusta compartir, hablar, aprender de otras vivencias, acompañar a otros en el camino a ser un poquito más felices.Y eso en Centro IDEAT es una constante, el proyecto que se ha convertido en el lugar donde quería y quiero estar. Cuento con personas a mi alrededor que me hacen sentir muy afortunada, y sin querer se me escapa una sonrisa.

LAURA GARCIA MORTE

Mi sentido de la responsabilidad y mi disciplina son dos de mis grandes aliados para llevar a cabo mis proyectos personales. Psicóloga por convicción, mi proyecto laboral culmina con la creación de Centro Ideat. Mi ilusión había visto la luz. Aquello por lo que había aprendido, luchado y vivido, por fin podía ser compartido. Compartido con mis compañeras y socias y por muchas familias que confían en mi y en mi proyecto día tras día. Gracias por dejarme hacer las cosas como yo creo y siento.

SONIA MACHADO SÁNCHEZ

Desde bien pequeña me he caracterizado por ser una persona muy maternal, cariñosa, sensible, creativa, analítica, constante y autónoma.  Me gustan las relaciones personales, tanto como los momentos de silencio para imaginar o pasar tiempo con mi familia. Me encanta mi profesión, psicóloga dedicada a la infancia y la adolescencia, así como a la familia. La formación específica continua, enriquece cada día mi necesidad de crecer. Mi otra labor, cómo codirectora del centro, la defino como “mi sueño hecho realidad” junto a dos de mis mayores pilares.

ZAIDA FRANCIA PÉREZ

Desde hace años, la psicología me brinda la oportunidad de desarrollarme laboral y personalmente, en un camino de constante aprendizaje y adaptación al cambio.

Mi experiencia trabajando con diversos colectivos me ha permitido conocer a gente maravillosa y muy diferente, y me ha enseñado a trabajar adaptando mis intervenciones a las necesidades específicas de cada persona.

Mi objetivo como profesional es promover la salud mental, encontrando el equilibrio entre lo que pensamos, lo que sentimos y lo que hacemos. Por ello, una parte de mi trabajo se enfoca en guiar a personas adultas que experimentan malestar en distintos ámbitos de su vida, para que puedan resolver sus conflictos y adquieran estrategias que les permitan afrontar las dificultades del día a día de forma saludable. Y por otra parte, trabajo interviniendo desde la infancia, educando a niños y jóvenes para que sean conscientes de sus capacidades, puedan afrontar las tensiones normales de la vida y desarrollen su máximo potencial

JULIA GONZALEZ SIMÓN

Ideat me brinda a diario la posibilidad de desarrollarme como persona y sobretodo poner en práctica dos de mis cualidades más destacables:La empatía y la vocación de trato con el público.Eso, unido a encontrarme rodeada de grandes profesionales, hace que mi trabajo tenga una motivación añadida.

ESTHER RUFETE GÓMEZ

Comprometida y empática. Desde pequeñita soy una apasionada de la actividad física y el ocio de calidad. Me considero una aprendiz entusiasta y en constante formación.

Centrada en establecer una relación de confianza y respeto, trabajando de manera conjunta con la familia y el entorno del niño, para pactar metas realistas y retos justos desde donde poder desarrollar al máximo las capacidades de las personitas con las que trabajo. Mi objetivo es dotarles de la mayor autonomía posible.

PALOMA LOPEZ MORENO

¿Hay algo más bonito y, a la vez difícil, que ayudar a una persona que lo pasa mal, a una familia que sufre?

Mi deseo es aportar un poco de conocimiento, de habilidad para hacer que el dolor sea menor y la dificultad se convierta en capacidad.
Los niños, nuestros hombres del mañana, son la arcilla en nuestras manos. Moldeables, reforzables, con gran capacidad de aprender.
Mi deseo, y para ello me sigo formando, es sacar de la persona lo mejor que tiene, sus fortalezas y potencialidades, aprendiendo a  encajar las debilidades.
Acompañar, estimular, enseñar estrategias, potenciar… son algunas de las herramientas con las que podemos contar, sabiendo que cada día se aprende algo nuevo y que el trabajo con el ser humano requiere una continua e ilusionada formación.

BEGOÑA FERNANDEZ MARTINEZ

Cuando acabé el bachillerato tenía claro que quería estudiar logopedia, tanto que solo escogí esa opción para entrar en la universidad. Fue durante mis prácticas curriculares donde me di cuenta que había acertado totalmente al elegir ser logopeda 4 años atrás.

Aunque es cierto que todavía esta profesión no tiene la visibilidad que tendría que tener en la sociedad, me entusiasma ver que cada día estamos más presentes en ella, pudiendo ayudar así a los demás.

Es reconfortante poder dedicarme a una profesión que me llena tanto y a la que tengo mucho que aportar.

REYES OLIVER MORA

Normalmente no me gusta definirme o describirme cómo soy. Sé que muchas personas me ven de muchas maneras diferentes. Lo que sé de mí, es que doy lo mejor, en cada situación de mi vida.

Escogí esta profesión porque siempre he querido ayudar a los demás, y siento que con mi manera de ser, puedo aportar mucho. Me esfuerzo por hacer que mis pacientes mejoren a pesar de las adversidades, y que mejoren divirtiéndose.

En IDEAT me siento segura ya que tengo un equipo a mi lado que me ayuda, como yo ayudo al equipo. Mi objetivo es dar lo mejor día a día y que los familiares, los niños y mis compañeras, sepan que pueden confiar en mí siempre que quieran.

Jessica Davó

Descubrí mi pasión con 22 años, el mundo de la psicología toco a mi puerta sin avisar y lo dejé entrar. Mi debilidad son los niños y guiarlos en su proceso de aprendizaje y desarrollo siempre ha formado parte de mi, terminé mi grado en educación infantil para centrarme en psicología infanto-juvenil, atender de manera individual las demandas de cada niño es lo que realmente quería.

Acompañarlos en el proceso de su desarrollo y celebrar con las familias cada avance de sus hijos, me llena de felicidad. La empatía, la paciencia, el entusiasmo y el compromiso son fundamentales en mi trabajo.

Romina da Silva Gastaminza

Me caracteriza mi humor y charlatanería, sin embargo, soy una persona sensible y empática. Creo que esa sensibilidad hacia todo lo que hay a mi alrededor me ha llevado a la que considero la profesión más bonita del mundo: la educación.

Fiel a mis principios e ideas, me esfuerzo día a día en ayudar a niños y niñas a mostrar sus valías, potenciando sus habilidades y creyendo que cada granito de arena cuenta para conseguir una sociedad mejor, libre y sensible. Acompañarlos durante su etapa académica, asentando conocimientos y habilidades para el resto de su vida me parece una labor gratificante e importante. Por ello, sigo formándome continuamente y aprendiendo de las experiencias vividas para tratar de cubrir todas sus necesidades.

Tengo fascinación por la visión del mundo a través de los ojos de los más pequeños. Cada día, son capaces de regalarte nuevos aprendizajes que vuelven a transportarnos a esa inocencia de la infancia.

RAQUEL ROCÍO PAPÍ GARCÍA

Soy empática, me gusta escuchar, con ganas de aprender constantemente y eso unido a mi actitud positiva y motivadora frente al trabajo han desarrollado mi pasión y vocación en el trato al público.

Para mí es más que un trabajo, me lo tomo como una experiencia personal y sobre todo de aprendizaje.

SILVINA M. FUENTES

Ser psicóloga no es sólo aplicar una técnica, sino un encuentro humano profundo, donde el terapeuta debe ser un acompañante atento, dispuesto a escuchar y generar un espacio de confianza para que el malestar y lo inconsciente se exprese.

Mi enfoque terapéutico es artesanal, adaptado a las singularidades de cada paciente. Un psicólogo no es un “sabedor” ni un “curador” de las angustias del paciente, sino un facilitador de un espacio donde este pueda explorar y desentrañar cómo se organiza su vida emocional.

Desde temprana edad me ha cautivado la complejidad del alma humana, y siempre supe que mi propósito profesional sería apoyar a los demás en su transitar por la vida, con el objetivo de aliviar la angustia que, en ocasiones, nos acompaña.

Siento una profunda admiración por aquellos que asumen la responsabilidad de su propia vida y se comprometen con el trabajo interior. Ir a terapia es un proceso de transformación subjetiva, es abrirse a nuevas formas de entenderse y relacionarse con el mundo, y para mi es un privilegio poder acompañar en este camino.