¿Por qué no es bueno que mi hijo respire por la boca?

Cuando respiramos por la boca, la lengua se mantiene en una posición descendida. Esta posición de reposo constante hace que la lengua se vuelva blandita y pierda el tono muscular, lo cual también afectará a la hora de articular sonidos y de tragar, produciéndose las conocidas “dislalias” (cuando no se articulan correctamente los sonidos) y “deglución atípica” (cuando la posición de la lengua al tragar no es la correcta).

Al estar la lengua descendida, esta no ocupa el espacio que debería en el paladar, dando lugar a que este se estreche por la presión de las paredes laterales del vestíbulo oral. El resultado es lo que se conoce como paladar ojival, que es más estrecho de lo normal y tiene forma de “V” en lugar de forma de “U”. Cuando esto sucede, la lengua no se puede apoyar en el paladar para tragar, y en su lugar lo hace sobre los dientes de manera lateral y frontal, causando deformaciones en los dientes.

Como resultado del paladar ojival, los dientes de arriba no coinciden con los de abajo en la masticación, y para compensar esta diferencia se produce una deformación en la arcada dentaria inferior. Estos cambios influyen en el cóndilo de la articulación temporomandibular (ATM), que se ve desplazado hacia atrás, de manera que la articulación no descansa sobre el disco articulatorio como debería, sino que contacta directamente con el hueso temporal. Esto puede producir dolores de cabeza, bruxismo, además de un incómodo “click” que se puede escuchar al abrir y cerrar la boca.

Otro resultado de la respiración oral es que, al mantenerse la lengua descendida, su posición se modifica, quedando más retraída hacia la faringe y obstruyendo parte del conducto durante la respiración. Para poder compensar esta la falta de espacio y permitir que el aire circule, el cuerpo modifica su posición, adelantando la cabeza, lo cual produce tensión y dolor en los músculos del cuello y la espalda.

Todas estas son las consecuencias de la respiración oral, que son más notables en los niños ya que su estructura ósea aún está en formación y es más susceptible de modificarse. Por lo tanto, es imprescindible mantener la higiene de las vías respiratorias, además de cuidar de los problemas respiratorios que se produzcan, ya sea por la presencia de vegetaciones, catarros recurrentes u otras causas.

Os dejamos un vídeo en el que se pueden observar todos los cambios que derivan de la respiración oral:

Disfunção da articulação temoporomandibular

As consequências de respirar pela boca, e não pelo nariz.

Publicada por Atlas da Saúde en Jueves, 26 de febrero de 2015

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