Lactancia maternal, el punto de inflexión de la lactancia.

¡Nadie falla en la lactancia materna!

No puedes fallar en la lactancia. La lactancia materna no es un examen, un test ni una entrevista de trabajo que tengas que aprobar o pasar.
La lactancia materna es un viaje profundamente personal que las madres y los hijos toman juntos.
A veces ese viaje podría no ir como te imaginabas.
A veces podría ser muy diferente a cómo lo esperabas.

Puede que sea más difícil, puede ser más corto incluso de lo que querías que fuera, o por el contrario puede durar mucho más de lo que esperabas.
Sin embargo, el valor de esa aventura de la lactancia materna no se define por el tiempo que dura ni de si es lactancia materna exclusiva, con extracción de leche o a través de lactancia materna mixta, o incluso si el bebé es alimentado por sonda o gastrostomía.

Cada alimentación, incluso si se trata de una sola jeringa de calostro (segregado por las glándulas mamarias durante el embarazo y los días inmediatamente posteriores al parto, proporcionando al bebé todo lo necesario durante sus primeros días de vida) es valiosa e importante.
Todos los viajes, incluso los que cambian de camino, son valiosos, importantes y dignos de celebración.

 

Y eso, no es un fracaso.

En muchas ocasiones ocurre que el bebé hace tomas cortas, se distrae por cualquier cosa y rompe a llorar al poco tiempo de haber comenzado a mamar, no pide pecho y esto es interpretado como que el bebé no tiene hambre, no quiere comer o simplemente rechaza el pecho. Además, la mamá puede incluso llegar a percibir el pecho más blando, lo que atribuye a una producción insuficiente de leche materna.

Lo que sucede en realidad es que, llegados los tres meses de edad del bebé, succionan correctamente y en una toma de escasos minutos, pueden llegar a extraer toda la leche que necesitan. Se están produciendo, además, grandes cambios en su cerebro, lo que les abre un mundo de sensaciones.

Su visión y el sentido del oído mejoran de manera creciente, por lo que se distraen por cualquier cosa a la hora de mamar.

Por otro lado, el cuerpo humano es muy sabio, la mamá tiene leche suficiente, pero esta se va modificando en función de las necesidades del bebé, es decir, se va modificando el sistema de producción de leche para optimizar el proceso. El cuerpo materno tarda sólo 2,2 minutos en desencadenar el reflejo de eyección y proveer al bebé de toda la leche que le hace falta.

¿Qué podemos hacer?
Evita suplementar ¡Tú tienes la leche que tu hijo/a necesita!
Busca un lugar tranquilo para amamantar.
Pide ayuda si lo necesitas para todo lo demás.
Recuerda por quién y por qué lo haces.
Recuerda que es temporal.

Ánimo y mucha paciencia a todas las mamás que están pasando por esto. Vale la pena continuar.
Pide ayuda a una asesora en lactancia materna si lo necesitas.

¡En centro IDEAT te acompañamos y te apoyamos en el proceso!

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