CUIDARSE PARA CUIDAR

“La gente se arregla todos los días el cabello, ¿porqué no el corazón? (Proverbio Chino).

Seguramente si a cualquier padre o madre le preguntaráramos que desea para su hijo, contestaría: “Quiero que mi hijo sea feliz”. Al fin y al cabo es lo que a todos nos gustaría lograr.

Sin embargo, ¿lo estamos haciendo correctamente?.

Generalmente nos preocupamos para que tenga un buen cuidado, que no le falte de nada, nos sacrificamos en todo lo que podemos para ofrecerle los mejores servicios, les dedicamos con todo nuestro cariño, y de buena gana, toda nuestra atención y nuestro tiempo, pero…¿y qué pasa con los padres?

Existen varias teorías como la Teoría Ecológica de Bronfenbrenner,las cuales conciben al individuo (en este caso al niño) como un organismo activo, como un sistema que encaja dentro de otro, y al cambiar un elemento, todo el conjunto lo hace en su medida.

Así pues considera que existen distintos sistemas los cuales todos influyen en mayor o menor medida en el niño. Desde la cultura o el estado (macrosistema), hasta los padres y escuela (microsistema), pasando por otros sistemas que también influyen en el niño, como puede ser el trabajo de los padres, o las relaciones entre los distintos microsistemas.

Entre ellos, encontramos el Microsistema, formado por la familia y la escuela. Este es el ambiente más próximo al niño, y por tanto, el que más le influye. Es por ello, que resulta muy importante hacer hincapié en mejorar la calidad de los microsistemas (Caron ,1992). En este caso, nos referiremos a mejorar la calidad de los cuidadores más próximos al niño: los padres.

A menudo, nuestro ritmo de vida, y la dificultad para conciliar la vida laboral con la familiar, nos lleva a olvidarnos de una parte muy importante, NUESTRA VIDA PERSONAL. La gran mayoría de los padres tiende en numerosas ocasiones a sentirse sobrecargados por encima de sus posibilidades. Este hecho, pese a ocurrir en la gran mayoría de los padres,puede verse incrementado en padres de niños con algún tipo de diagnóstico, bien sea TEA o TDAH, por ejemplo. Esto se debe a que el rol de padre-cuidador supone (todavía más) un mayor estrés en la familia.

Si bien, como hemos dicho anteriormente, es algo que ocurre a la gran mayoría de los padres, lo importante es que no se prolongue durante un tiempo excesivo. Cuando este estrés se prolonga bastante en el tiempo, algunos padres llegan a sentir un agotamiento y cierto desgaste físico y emocional, lo cual en ocasiones se conoce como Síndrome del Cuidador Quemado (Burnout). Este hecho, llega a interferir en su calidad de vida y por tanto en la de su hijo. A continuación, mostramos una serie de síntomas (físicos, cognitivos y emocionales) a tener en cuenta, para decidir hacer un “alto” en nuestras vidas.

¿Cuáles son esos sintomas ?

SINTOMAS FÍSICOS

• Cambios en los patrones de sueño (dormir mucho o dormir poco)

• Cambios en el apetito y peso.

• Molestias digestivas /dolor abdominal.

• Cansancio continuo y excesivo.

• Enfermedades leves frecuentes y/o tensión muscular.

  SÍNTOMAS COGNITIVOS/EMOCIONALES.

• Dificultad para concentrarse y leves problemas de memoria.

• Pérdida de interés por las actividades favoritas.

• Pérdida de interés por las relaciones sociales.

• Disminución de nuestra capacidad de disfrute (anhedonia). A pesar de realizar actividades de nuestro agrado, observamos que ya no disfrutamos de las actividades como lo hacíamos antes.

• Cambios frecuentes de humor o de estado de ánimo.

• Sentimientos de irritabilidad, ansiedad e incluso desesperanza o impotencia.

• Cambios en nuestra forma de pensar. Tendencia a ver el lado “oscuro” de las cosas.

• Rumiaciones y preocupaciones constantes.

• Sentimientos de culpabilidad.

¿Qué podemos hacer?

• Mejorar la gestión del tiempo y la organización de las tareas con el resto de cuidadores. Establecer prioridades de tareas, diferenciando lo urgente de lo importante.

• Aprende a delegar.

• Cuida la alimentación con una dieta adecuada y horas de sueño.

• Expresa abiertamiente tus frustraciones, temores o resentimientos. No tengas miedo a exponer tus sentimientos y miedos, conseguir un escape emocional siempre es beneficioso.

• Dedica un tiempo para ti mismo. Es bueno tener un tiempo de soledad para uno mismo que nos permita desconectar y centrarnos en nosotros mismos. Puedes dedicarlo a un hobbie, vida social, o simplemente un momento de desconexión.

• Comparte momentos con tu pareja. Resulta importante recuperar momentos de complicidad con tu pareja, que puede ser una simple conversación a solas al finalizar el día.

• Evita sentirte culpable, recuerda: LO HACES LO MEJOR QUE SABES.

• Cambia tu forma de ver las cosas. Nuestros pensamientos determinan cómo nos sentimos y actuamos. Recuerda, no todas las personas reaccionamos igual ante una misma situación, por lo que en ocasiones “buscar interpretaciones alternativas” pueden ayudar a nuestro día a día.

• Actitud MINDFULNESS, (ACTITUD MENTE-SABIA). Céntrate en cada actividad en aquellas sensaciones que te hace experimentar, sin juzgar, y trayendo a tu mente dichas sensaciones. Por ejemplo: ante una comida agradable, “párate a sentir” esas sensaciones que despierta dicha actividad, haciendote consciente de dichas sensaciones.

• Añade a tu día a día pequeños momentos de disfrute. Por ejemplo: una película, un baño, un trozo de chocolate después de cenar..Pero lo que es más importante, CÉNTRATE EN LAS SENSACIONES QUE ESOS MOMENTOS TE PRODUCEN.

• Ante cualquier duda, no dudes en consultar con nosotros.

Bibliografía:

– SÍNDROME DEL CUIDADOR QUEMADO Jornadas La familia ante la Enfermedad 22 y 23 de octubre 2009 Ponente: CONCHA MARRODAN UNINPSI. Unidad de Intervención Psicosocial. Universidad Pontifica Comillas.

– Guía “No estás sólo familia”

-Tratamiento Psicológico de la Depresión. Juan Sevillá y Carmen Pastor.

Firmado.

Laura Urrios Galiana

Psicóloga.CV-12096.

Máster en Psicología Clínica. CETECOVA.

“Todo en un ser humano y su medio ambiente, afecta a la forma en que el mismo sujeto crece y se desarrolla” Bronfenbrenner